lunes, 29 de octubre de 2018

El jueves 30 de Octubre pasado, realizamos una caminata sensorial, de la mano de una arquitecta especializada en "caminabilidad". Se nos convoco 18.45 en el puente del pantano de FADU, con la consigna de llevar objetos que permitieran restringir visión y oído.
Luego de una charla informativa sobre los sentidos por parte de la anfitriona y al mismo tiempo invitada, procedimos a formar filas, cada una dirigida por un docente, nos cubrimos los ojos y dimos comienzo a nuestro vía-crucis. Al principio el tumulto general entregaba risas. Pero pasados los primeros 10 minutos, ubicados ya en la entrada del edificio, la subida de las escaleras nos avisaba que esto recién empezaba. Los cambios de temperatura, olores y bullicio general provocados por la masa estudiantil del interior del recinto, se hacían mas evidentes a medida que nos dirigíamos en fila, tomados de la baranda, guiando al compañero que venia detrás en forma consecutiva, ahora también privados de la capacidad de oír. Deducir el piso en que estábamos no fue tarea difícil, contando las vueltas de baranda que tocábamos. El mero roce con los dedos de cada superficie utilizada como guía producía una pequeña molestia en los dedos. Llegamos al aula. Mesas y bancos conforman una pista mortal. Creo haber llegado hasta el baño de mujeres. Hay quienes hablan de una pareja de auto-inducida sordo-ceguera que pasa el transcurso del ejercicio perdida en otra aula, a merced de la falta de sentidos. Nos separan en parejas, olfateamos la ropa del compañero y todo aquello que tocamos. Incluso grabamos audios entre nosotros contando la experiencia en vivo. Cansado ya de que mis pies choquen con todo aquello que estaba por delante mio (escalones, mesas, compañeros), se da por finalizado el ejercicio, restaurando nuestros preciados tesoros.
Creo que no todos tomaron el ejercicio con la seriedad que ameritaba. A mi parecer fue de una enorme riqueza. En mi caso particular,  la sensación predominante era la de calma. Calma porque en ese estado de exposición, indefenso, vulnerable, le tormenta diaria de la cabeza calla, y la prioridad numero uno pasa a ser el AHORA. Cada paso tiene que ser calculado. No hay tiempo para ansiedad, ni ideas locas, ni planificación. Disfrute mucho esta clase. Gracias.